LA IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS Y HÁBITOS EN LOS NIÑOS

Los niños necesitan seguir una rutina para sentirse seguros y tranquilos en su ambiente. Esta rutina establece horarios, pero además, los hábitos repetitivos ayudan a construir un equilibrio emocional, que les proporciona un mecanismo importantísimo para su educación y para la construcción de su personalidad. 
La repetición de los actos cotidianos forman hábitos y la repetición de los hábitos forman virtudes.

¿Qué son los hábitos y las rutinas para los niños?

- La rutina es una costumbre personal establecida por conveniencia y que no permite modificación, es decir, es inflexible; por ejemplo, colgar la bata en la percha antes de salir de clase. 
- El hábito es un mecanismo estable que crea destrezas y que además podemos usar para distintas situaciones: por ejemplo, abrocharse. Son costumbres, actitudes, formas de conducta o comportamientos que conllevan pautas de conducta y aprendizajes.
El hábito bien adquirido y usado nos permite hacer frente a los acontecimientos cotidianos.
Los hábitos y las rutinas aportan un mecanismo importantísimo de constancia y regularidad y, por eso son fundamentales tanto para la vida familiar como la escolar.  

Ningún niño se siente cómodo en una situación en la que no sabe qué esperar. Es evidente que la formación de niños sin responsabilidad y seguridad en su más tierna infancia será un gran generador de futuros adultos con serios problemas conductuales.
Ahora bien, ¿cómo se consigue introducir al niño en el mundo de la seguridad, los límites y el conocimiento de su entorno? A través de las rutinas y los hábitos. Esta es la manera de ofrecer a cada pequeño un ambiente de estabilidad tranquila en el que aprender y ser educado de forma constructiva formando una personalidad segura y consciente.

Qué es un hábito

Un hábito es un mecanismo de estabilidad que permite desarrollar las destrezas de un individuo. Se refiere a actitudes, conductas y costumbres que conllevan a formar pautas de aprendizaje en diferentes situaciones, desde abrocharse un zapato hasta organizar el tiempo de estudio.

Qué es una rutina

Nos referimos a una rutina al hablar de una costumbre personal que se establece por ser verdaderamente conveniente, sin necesidad de modificación ni flexibilidad. En este caso puede ser tan simple como lavarnos los dientes después de las comidas.


Beneficios de los hábitos y rutinas en los niños y bebés 

La rutina diaria es para los niños lo que las paredes son para una casa, les da fronteras y dimensión a la vida. La rutina da una sensación de seguridad. La rutina establecida da un sentido de orden del cual nace la libertad.

Tanto los hábitos como las rutinas son de vital importancia para la vida de los niños. Gracias a ellos, además del citado ambiente tranquilo y estable en el que el pequeño se siente seguro, también aporta regularidad, constancia y perseverancia en la mentalidad de los jóvenes, algo que será muy útil en su desarrollo hacia la vida adulta:
  • Además, encontramos beneficios importantes en la adquisición de hábitos y rutinas. Por ejemplo, la seguridad del pequeño. Hacer aquello que sabe perfectamente realizar y llevarlo a cabo le crea un estado de tranquilidad, pues desarrolla su consciencia sabiéndose capaz.
  • También es importante reseñar que un bebé no conoce el mundo que le rodea al nacer. Sus primeros meses de vida son un total descubrimiento del entorno. Los padres o tutores serán sus primeros guías en la vida. Es necesario organizar un ambiente estable con horarios, rutinas, hábitos y actividades que se repiten hasta que el niño interioriza la destreza para hacerlos de forma segura y casi inconsciente. Si se repiten estas rutinas, ayudan a que el niño vaya asimilando un esquema interno que convierte su mundo en un lugar predecible y, por lo tanto, seguro. La alimentación, sueño e higiene son los primeros hábitos que tienen que aprender los niños.
  • Esta organización que los padres establecen alrededor del pequeño permiten que el niño vaya asimilando su propio esquema. Así, cada chico conoce poco a poco su mundo y lo convierte en un lugar predecible y por tanto seguro para su estabilidad.
  • Las rutinas son vitales para la propia formación física y psicológica del chico. Los horarios de comida, el sueño, la higiene y todos los hábitos relacionados con estas circunstancias básicas son indispensables para que el niño se eduque y aprenda en un entorno adecuado con todas sus necesidades cubiertas.


Una forma coherente de evitar futuros problemas de conducta en los jóvenes es rodear a los pequeños de un mundo seguro que les permita explorar la simple inquietud del descubrimiento. Así, serán capaces de conocer y desarrollar sus destrezas, gracias a la estabilidad que trasmiten los hábitos a la vida del niño.

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